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lunes, 16 de mayo de 2011

Apareció de repente.

Ocurre. No te fijas en la hora, no no, el mundo se paraliza. Tus ojos solo se fijan en la misma persona, puedes estar en la calle mas transitada del centro de Madrid, pero no te preocupes, solo te fijas en él.
Sonríes. Te lo merecías desde hace tiempo. Merecias alguien que te hiciera reir con facilidad, y llorar de alegria, no de tristeza. Que te regale mil sonrisas cuando mas lo necesites, solo porque quiere ver ese brillo en ti.
Tiemblas. No hacen falta palabras ya, solo con una mirada tu cuerpo se estremece.
Miedo. Tienes miedo a que solo sea un instante, y que no vuelva a ocurrir mas, que todo quede en el pasado, y que al día siguiente sientas un gran vacío, no quieres perder a dicha persona.
Te toca. Comienza a recorrer tu cuerpo un gusanillo, ese que no sale de ti, ese que querrías desprenderte de el, pero te das cuenta que es la mayor sensación que puedes sentir en la vida. Sus manos tocando las tuyas, es algo indescriptible, no habías sentido algo así desde hace tiempo.
Sus ojos. Te fijas, y no son verdes, ni azules, son marrones, pero quizás eso le haga ser especial...Marrones, un color bonito, si a el le queda genial.
Su sonrisa. Puede que no sea la mas bonita del mundo, o que no destaque como muchas otras, pero es suya, eso le da puntos a favor. Jamas querrías volver a ver otra, solo la suya.
Él. Definitivamente, nunca pensabas que alguien podía llegar a cojer esa gran parte de tu corazón, que nunca pero nunca, serias capaz de decir que le tienes, es mas, nunca te habías imaginado con el. Pues bien, ha llegado la hora de ser feliz, y tu felicidad es la suya, así que disfruta de el, de su tiempo, de el tuyo, de sus momentos, de sus miradas echas de guiños, disfrutale como nadie lo había echo antes. Sabes que lo harás, no vale perder tiempo. Comenzemos...¡YA!

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